Calle Armiñán, Nº 45
(Estado actual de la parcela afectada)
Hoy, 22 de marzo de 2019,
ya ha finalizado la demolición del número 45 de la calle Armiñán de Ronda, lo
que era la crónica de una muerte anunciada (http://www.diarioronda.es/2018/10/18/ronda/el-ayuntamiento-proyecta-eliminar-el-estrechamiento-de-la-calle-arminan/)
se ha materializado esta semana (http://www.diarioronda.es/2019/03/18/ronda/comienzan-las-obras-para-eliminar-el-estrechamiento-de-la-calle-arminan/).
(Estado de la demolición)
La casa se situaba en la
confluencia de la calle Armiñán con la plaza de Abul Beka, donde se sitúa el
nazarí Alminar de San Sebastián, y era una sencilla edificación de estilo
ecléctico datable en el último tercio del siglo XIX, un estilo no muy abundante
en esta zona de Ronda; esta casa no contaba con más protección arquitectónica
que la dada por estar situada en el BIC (Bien de Interés Cultural) Centro
Histórico de Ronda, donde las demoliciones han de ser “excepcionales”.
(Edificio original en el estado en que se encontraba en septiembre de 2017, fuente: Google Maps)
La demolición, y
posterior retranqueo, forma parte de un plan urbanístico que planea la
ampliación de la calle Armiñán, dado que justo en ese tramo se sitúa, o
situaba, una estrechez, propia del trazado medieval de la calle, que va a ser
eliminada para facilitar el paso al tráfico rodado.
Con esta desastrosa, e
irreparable, actuación, se elimina de un plumazo la trama medieval histórica de
la calle Armiñán, cosa en teoría prohibida, además de demoler el edificio
decimonónico que, en sí, no tenía gran valor arquitectónico, su lugar lo vendrá
a ocupar un edificio anodino que posiblemente no se adapte al entorno, el
Ayuntamiento en compensación por el retranqueo del edificio ha aumentado la
edificabilidad del nuevo edificio que allí se levante, que se destinará a
apartamentos turísticos.
Es, cuanto menos, paradójico, que el mismo gobierno que quería disminuir el tráfico rodado en el
Centro Histórico realice esta actuación para eliminar problemas de tráfico; las
consecuencias se podrían resumir en pérdida del trazado histórico de la calle,
edificabilidad aumentada en una de las zonas más sensibles para este tipo de
actuaciones y pérdida de un edificio decimonónico.
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