Último adiós a un artista


Es difícil, para mí, escribir estas palabras, hablar de Don Vicente Bolós es hablar de una de esas personas carismáticas y apasionadas que te inspiran porque hablan con el corazón.
Recuerdo mi primera clase en su taller, yo tenía siete años, sus clases no eran convencionales, era un lugar donde dejar volar la imaginación y la inspiración, no era el típico lugar donde te obligan a hacer una tarea y a estar sentado una hora, la palabra que define sus clases es libertad, en mayúsculas.
El artista no muere, un trozo de usted está en mí y en todos los alumnos que pasamos por su taller, usted legó en mí su amor por el arte, usted hizo que dejara volar los pájaros de mi imaginación.
Con su partida, Ronda, además de huérfana, se ha quedado un poco más vacía.
D.E.P.

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